El estudio de interiorismo Trenchs Studio, con Ricard Trenchs al frente, se ha encargado del diseño interior del nuevo restaurante Torre de Sande. Con respeto por el pasado, el proyecto de interiorismo ha conseguido devolver, gracias a la utilización de materiales tradicionales, todo el esplendor a este edificio histórico medieval, ubicado en pleno centro de Cáceres.

Este proyecto nace durante el confinamiento de 2020 cuando el chef Toño Perez y Jose Polo, propietarios y alma mater de Atrio Restaurante Hotel (un referente de la cocina tradicional extremeña y galardonado con dos estrellas Michelin), deciden invertir en un restaurante existente ubicado al lado que cerró sus puertas por esas fechas. Situado en un histórico edificio perteneciente a la familia del vizconde de Roda Pérez, ambos quisieron convertir este restaurante en un asador, basado en un producto extremeño de alta calidad, como es el cerdo ibérico y una elaboración muy tradicional, para convertirse en un punto de encuentro del cliente local y dar una alternativa gastronómica más relajada a Atrio.

El restaurante se sitúa en un palacio medieval, en una de las 22 torres del centro histórico de Cáceres que a finales del siglo XV fueron desmochadas por orden de los Reyes Católicos. Dicha torre es Torre de Sande, que da nombre al restaurante y se distingue del resto por su esbeltez y por estar cubierta de una frondosa hiedra.

Este espacio existente está formado por varias salas abovedadas y un gran patio, que anteriormente se había cubierto parcialmente con un cobertizo. El inquilino anterior lo había transformado, perdiendo parte de la historia y también los materiales originales del local, disfrazándolo con ornamento superfluo.

Recuperar la esencia del pasado

La intención del proyecto es la recuperación de la esencia del palacio con el uso de materiales tradicionales. Para ello se ha utilizado revoco de silicato de cal para resaltar las bóvedas, cantería de granito local en los pavimentos, cerámica local para los aseos y mobiliario contemporáneo de inspiración tradicional, en madera maciza de roble y cinta trenzada.

El cobertizo se ha convertido en un porche más noble, cubriéndose como un chozo típico extremeño que se une visualmente con el patio restante, compartiendo el mismo pavimento de adoquín portugués. Tres enormes espejos enmarcados en negro, que parecen estar apoyados en el suelo, aportan mayor luminosidad al espacio y reflejan el verde de las plantas del patio.

La iluminación cálida es otro de los puntos fuertes del proyecto, que ayuda a potenciar su aire palaciego. Gracias a la selección de las luminarias adecuadas para cada espacio se ha conseguido generar un ambiente intimista y acogedor, aún con los techos tan altos de las bóvedas en el interior.