Tras su éxito en Salamanca, Martinica llega a Madrid para mezclar gastronomía y mixología. Con la nueva apertura, Martinica busca un destino diferente, aunque su cocina siga basada en la dieta mediterránea con mucha presencia de producto nacional, fresco y de mercado que conviven con técnicas e influencias de países como Japón, México, Marruecos o Cerdeña, que vio nacer a su chef.

El local se situará en el barrio de Salamanca, en el área de María de Molina. Por fuera, la fachada recuerda al universo femenino. Martinica tiene un aforo total para 150 personas y un reservado para 12 comensales con vistas a toda la sala principal, de techos altos, donde hay un pequeño jardín vertical que permite pasar la luz natural del exterior y que consigue que la sala vaya cambiando de ambiente en cada momento del día. 

La carta va a cargo del chef italiano Marcello Salaris, que ha hecho de ella un viaje a través de los cinco continentes

Algunos de sus platos más representativos serán la ensalada de tomate, piparras, gambones a la parrilla y salmorejo; la albóndiga de rabo de toro con tartar de calamares hinojo y trufa; los taquitos de steak tartar de solomillo de ternera morucha con huevo de codorniz y patatas fritas; y el Marmitako de atún rojo, entre otros. En la parte dulce, Mi viaje a Marruecos, una propuesta que frambuesa, pistacho y curry en forma de polvo y presentado en un tradicional tajine; o la personal interpretación de la clásica Panna Cotta, que lleva queso de cabra, helado de nata, nueces y pimienta rosa junto a un algodón de azúcar blanco.

Por su parte, la propuesta líquida de Martinica repasa denominaciones de origen nacionales hasta un total de 50 referencias entre tintos, blancos y rosados. Esta se completa con una variada oferta de mixología. Su jefe de barra, Emilio Rodríguez, ha pasado por coctelerías tan emblemáticas como Angelita Madrid, Malaboca y los restaurantes Dspeakeasy o Fayer. Es un apasionado de los whiskies de Islay y la cocina tradicional. Algunos de sus cocteles recomendados son el Martinica Club, con encurtido casero de frambuesa y moras y London dry gin con un toque dulce y fresco de menta; Momento tiki; un equilibro entre zumos y destilados con cítricos, canela Thai y vodka; y Andino, un cóctel nikkei con umeshu y shiso, para acompañar la comida. Además, Martinica cuenta en su carta con variedad de cervezas del porftolio de Heineken como son El Águila o Paulaner.

La clave del interiorismo

La decoración es otro pilar fundamental de la marca. El diseño de este restaurante lo ha llevado a cabo el estudio de arquitectura Lauzan. Está inspirado en una reconocida fotografía de Salamanca en la que puede verse el río Tormes, un bosque previo a la ciudad, la Casa Lis, y la Catedral al fondo, unos escenarios que se recorren desde el interior al exterior de la sala. La pared principal está elaborada en acero inoxidable con una impresión que recuerda a la superficie ondulada del agua.

Continúan el espacio con unos troncos de árboles dispuestos en otra de las paredes principales evocando al bosque salmantino y, justo en frente, encontramos una llamativa vidriera que replica a las que pueden verse en la icónica Casa Lis. Por último, en la zona más exterior del restaurante predominan los colores tierra y dorados que evocan la piedra de la catedral salmantina.